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Las historias de cinco mujeres que trabajan en el universo masculino de las finanzas


Las une la profesión y su condición de género. Pero, además, la pasión por lo que hacen: Bonnie Santiago, Nora Trotta y María Laura Tramezzani han dejado huella en el mercado local, trabajando durante años en el territorio de las finanzas, ámbito en el cual siguen, por supuesto, activas. Muy activas.


Con su accionar, han abierto camino a otras mujeres, por ejemplo, a Ailin Do Pazo Glave y Brenda Mitidiero Soto, portfolio manager la primera y sales trader la segunda, dos chicas sub-30 que también se mueven en un mundo que supo ser básicamente de los hombres.


Este medio entrevistó a las cinco, en el marco del Día de la Mujer, para conocer sus historias de vida y sus anécdotas, muchas de las cuales tienen o tuvieron que ver con el hecho de ser, justamente, mujeres.


Puro talento


Brenda Mitidiero Soto tiene actualmente 29 años; estudió economía en la Universidad del CEMA (UCEMA), hizo la Maestría en Finanzas en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), terminó el Máster en Finanzas en HEC París y tiene ahora como meta ser CFA (por Chartered Financial Analyst, en inglés), una de las certificaciones internacionales más prestigiosas en finanzas.


Su carrera comenzó a los 24, como trader en Puente, y continuó después de dos años y medio en BNP Paribas Asset Management, donde fue portfolio manager (PM) de los Fondos Comunes de Inversión (FCI). Hace dos años que es sales trader en Banco Hipotecario.


“Es un tema muy polémico, la mujer en una mesa de dinero”, dispara, con una vocecita muy dulce, que contrasta con su rol laboral.


“En uno de mis primeros trabajos -relata-, hacía descuento de cheques, en la parte de análisis de riesgo. Entonces me metí en la mesa de esa sociedad de Bolsa y me hice amiga de todos los varones de la mesa, cuando yo tenía 24 años y ellos tenían de 40-50 para arriba… Me interesó mucho, aprendí; hasta que un día le dije al jefe de la mesa cuándo iba a tener un lugar ahí para una mujer. Y se me murió de risa en la cara, literal. Me quedó marcado en la frente; en ese momento, me di cuenta de lo machista que era el ambiente”.


Algo parecido le pasó a Bonnie Santiago, cuando siendo contadora pública por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), el jefe del área a la que pretendía ingresar le dijo que no, porque “tenés pollera; no quiero mujeres en mi equipo”.


Ahora bien, lejos de ver lo anterior como un obstáculo, Bonnie lo leyó como un simple dato. “Fue el mayor favor que me pudo hacer esa persona, porque por su rechazo, entré al área de planeamiento, descubrí que era eso lo que me gustaba realmente, y me permitió crecer profesionalmente”, asegura.


“En ese momento, en los ’70, no era igual a hoy crecer siendo mujer. Te tenías que forzar más, era un mundo muy masculino. Pero el proceso de adaptación fue rapidísimo; llegué a convertirme en gerente principal del área y descubrí que tenía potencial para las finanzas”, completa.


Bonnie Santiago se especializó en originación de banca de inversión, “y ese mundo sí que es mucho más masculino”, apunta. Lo hizo habiendo sido mamá por primera vez a los 19 años, teniendo a su segundo hijo a los 22 y afrontando una mayor carga horaria al trabajar, durante los años de gran desarrollo de la banca argentina, en Banco Comercial del Norte, luego en Bansud (hoy, Banco Macro), en la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Economía -en épocas de Daniel Marx- y en ABN AMRO Bank. Aunque ahora trabaja de forma independiente, fue también directora general de Caterpillar Financial. “Aprendí mucho de los hombres”, sintetiza.


Cualidades femeninas


“Creo que las mujeres tenemos, en general, un pensamiento mucho más pragmático, más completo, en cuanto al todo de una persona, más allá del género”, describe. “Nunca necesité un cupo para estar donde estuve, y estoy convencida que las compañías que apuntan a la diversidad, a mediano plazo logran beneficios en el management por una visión más integral”, agrega.


“Las mujeres tenemos un estilo de management que yo llamo circular, en contraposición al vertical, que se asocia más al hombre, y además considero que soy humana; creo que esas dos cosas describen básicamente mi forma de gerenciar”, explica Nora Trotta, egresada de la Escuela Carlos Pellegrini con Medalla de Oro y actual presidente de MegaINVER.


Con su título de economista, Trotta hizo un posgrado en Economía Monetaria y Bancaria y tiene una extensa carrera que comenzó en el BCRA (Banco Central de la República Argentina), continuó en el ex Banco Tornquist y en Grupo Sudameris, entre otros. Llegó a tener a cargo a 50 operadores en una mesa de dinero, administró un fondo de pensiones, fundó INTL GAINVEST, que luego fue adquirido por INTL FCStone, hasta que en 2012 fundó MegaINVER, sociedad que tiene bajo administración en estos momentos casi 22.700 millones de pesos.


Trotta -que también se hizo tiempo para criar a sus tres hijos- asegura que fue “determinante” en su carrera el hecho de que hablaba bien francés: Banco Tornquist fue adquirido por Crédit Lyonnais, y gracias a su profesionalismo y al idioma, podía explicarle a la primera línea del banco, por ejemplo, la hiperinflación que atravesaba Argentina…


Ailin Do Pazo Glave, actual PM en Criteria, sólo vivió “una situación no del todo profesional” por el mero hecho de ser mujer. Fue durante una entrevista con una persona del área de RRHH, “que me prejuzgó por haber elegido finanzas siendo mujer”.


Con sus 28 años, es ex campeona de ski de fondo y se vino de Ushuaia a estudiar Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA), terminó después el Máster en Finanzas en UCEMA y empieza este año un posgrado en Agronegocios. En su trayectoria profesional, Do Pazo recaló en Capital Markets Argentina y en Max Valores, hasta que en octubre de 2017 entró a Criteria.


“Siempre digo que primero soy economista y en segundo lugar soy financiera”, señala. “La persona más resolutiva que he visto en este ámbito es una mujer”, haciendo énfasis en uno de los directivos de la compañía.


Ser mujer


“Hasta el día de hoy, me pasa que llaman a la mesa y creen que soy la secretaria del jefe, o me piden que les pase con el operador -retoma Brenda, la otra sub-30 que es sales trader en Banco Hipotecario-. Me costó mucho hacerme mi lugar; al principio me costó muchísimo, porque es un ambiente en el que casi no hay mujeres. Cuando pedía precios a la contraparte para operar, me pasaban precios por afuera de la pantalla, y hasta el día de hoy sigo sintiendo que me consideran más lenta o menos viva por el sólo hecho de ser mujer”.


María Laura Tramezzani, analista de sistemas por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y graduada con medalla de honor en Economía en la Universidad Católica Argentina (UCA), entró al BankBoston en 1992 y creó el primer equipo de research local, hasta que en 1994, la crisis del tequila lo redujo a su mínima expresión; entonces creó y lideró la empresa del BankBoston del negocio de FCI, que se llamó 1784 y que tenía 100 mil clientes, con una participación de mercado del 25%.


“Fue un momento de pura pasión, muy místico, porque me identificaba con la idea de un país que pudiera crecer a través del ahorro”, rememora ahora Tramezzani. Sin embargo, “nos caímos desde las alturas: con la crisis de 2001 y el corralito, el banco quebró”, agrega.


La misma pasión que le había puesto a armar la empresa de fondos, María Laura se la puso a una lucha que emprendió para que la gente recupere sus ahorros, que habían quedado atrapados por el corralito bancario. “Desde el BankBoston presentamos el único y mayor amparo contra el Estado para reclamar los ahorros de nuestros clientes. Me recorrí los juzgados de todo el país. En ese momento, me sentí muy sola, y creo que fue por el hecho de ser mujer que mantuve esa lucha”, se sincera.


Tramezzani vivió años “muy difíciles, que hasta llegaron a la amenaza de muerte”, hasta que Eduardo Constantini la llamó y en 2003 se convirtió en CEO de Consultatio. Después, fue directora ejecutiva de Banco Finansur hasta que entró a JPMorgan, banco de inversión estadounidense en el que estuvo cerca de 10 años.


Ahora es socia de Action Advisory Group (AAG Finance) y de MEIT, un emprendimiento que lanzarán con su socia, Adriana Laurino, una ex KPMG, el 15 de marzo y que se centra en el cálculo de impuestos derivados de la renta financiera.


“Trabajar en equipos con hombres siendo siempre la única mujer, no me apichonó a la hora de tomar decisiones o defender una idea. También aprendí siempre mucho de las personas con quienes trabajo, y valoro enormemente la calidad humana sin importarme el sexo, el género, o como hoy se decida llamarlo”, sintetiza con todo su carácter Ailin Do Pazo, desde Criteria.

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