Para la Real Academia Española, un hobby es una “actividad que, como afición o pasatiempo favorito, se practica habitualmente en los ratos de ocio”.
Sin embargo, cuando alguien hace algo que le da real placer y sobre todo, cuando habla sobre esa “actividad”, esa pasión se refleja de forma inmediata en su mirada, que se torna más brillante, que refleja la emoción que le da a esa persona practicar ese “pasatiempo favorito”.
Tal es el caso de “Nacho Jota”, un profesional del consumo masivo de 36 años, que eligió ese nombre de usuario para no revelar del todo su verdadera identidad al abrirse una cuenta de Twitter (@Jotatrader_ok).
El de Nacho es el caso de un verdadero “apasionado por números y variables”, según la propia descripción de su perfil en esa red social. El mercado es un “hobby” que asegura disfrutar “24/7”; es decir todos los días, a toda hora, en un “aprendizaje continuo”.
La primera vez que se interesó por el mercado bursátil era estudiante de la Licenciatura en Administración de Empresas de la UCA (Universidad Católica Argentina). Fue cuando un profesor comentó en clase un rumor: que una empresa de la industria frigorífica sería adquirida por otra.
“Me puse a operar opciones, y en cuatro meses multipliqué por cuatro el dinero que había invertido. En ese momento, me interesó saber más y me puse a leer mucho”, rememora.
A nivel profesional, siempre estuvo ligado al consumo masivo, trabajando en empresas de primera línea.
Compartir el saber; ayudar a los demás
Hijo de padres divorciados que nuevamente formaron pareja, Nacho Jota tiene tres hermanos: uno médico, otro director de estudios y una diseñadora gráfica radicada en Barcelona; jugó muchos años al rugby: fue al Colegio Marista Champagnat. Siempre vivió entre Recoleta y Palermo. Se percibe que es buena persona.
“El rugby es el deporte más inclusivo -relata-. Las individualidades sobresalen, pero no sirven: cada equipo necesita a un petiso, a un gordo, a uno que sea rápido; no se suelen ganar los partidos de rugby por algún jugador puntual”, ejemplifica.
Y justamente, lo que intenta promover desde su cuenta de Twitter es la inclusión, pero financiera. O al menos educar financieramente a sus seguidores. “Creo que todas las personas tienen las mismas capacidades. Uno lo que hace es simplemente explicar lo que sabe hacer”, asegura.
Nacho Jota se “especializó”, de manera autodidacta, en opciones y derivados. Sobre eso habla bastante en la red social del pajarito, donde colgó algunos “hilos” explicativos sobre qué es el mercado de futuros, qué instrumentos se pueden operar y qué es, por ejemplo, el índice Rofex 20.
Pero también ha escrito, de manera didáctica y también en Twitter, qué es el mercado, quién es BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos), quién es el regulador del mercado, y ha explicado todo lo que se puede operar: acciones, bonos, ADRs, y cómo hacerlo, introduciendo conceptos tales como el apalancamiento.
“En el mercado, a las palabras se las lleva el viento. Y a los resultados, no”, dispara. “Está muy bueno cuando ganás, y obviamente está muy malo cuando perdés. Pero al mismo tiempo, es fruto de las decisiones que tomaste. Y las decisiones las tomaste en base a un montón de factores y variables. Cuando te equivocás, lo mejor es darse vuelta, entender qué pasó, corregir y volver al ruedo”, reflexiona.
Un ser de acción
Siempre se acuerda de una frase que le dijo su padre, al caer en una situación económica apretada: “Yo tuve todo y por querer más, no lo disfruté y la cagué”.
Quizás por ese hecho, por esa experiencia que atravesó junto a toda su familia, Nacho Jota tiene más de un lema de vida: “la plata es un medio, no un fin”; “vale más la calidad que la cantidad”. Y es que cuando se es así, una persona de acción, se aprende mucho de lo vivido, de las experiencias personales o familiares.
Y si hay algo que no parece faltarle, justamente, es determinismo y voluntad de acción. Algo de eso mostró el domingo 10 de marzo de 2014; todavía se acuerda de la fecha exacta. “Algo me dijo que no podía seguir así”, explica.
Nacho siempre tuvo sobrepeso, desde chico. Pero ese día, aquel domingo, mientras daba un paseo, pensó que no iba más eso de pesar 148 kilos y fumar dos atados de cigarrillos por día. Por eso, desde el día siguiente, varió su alimentación y empezó a hacer actividad física todos los días. “Bajé 36 kilos en 7 meses”, relata. Lo hizo solo a fuerza de voluntad; sin indicaciones médicas.
Hoy se considera generoso, pero no derrochón: le gusta disfrutar de la vida. De hecho, en un rincón de su departamento, tiene montado una especie de bar, con bebidas varias. Y se ve que le gusta agraciar a sus visitas: siempre tiene a mano chocolates o bombones para convidar.
“El chanta en la Bolsa no dura. O dura hasta que se le acaba la plata: repone, repone y repone, hasta que no tiene más", completa. “Lo que me atrapa del mercado es perdurar; poder quedarme, poder entender cómo funciona, poder sacarle algo de plata y disfrutar un poco más. Para mí, el tiempo no termina de pasar cuando estoy frente a la computadora viendo el mercado”, describe.
Hace poco más de un año que abrió su cuenta de Twitter, pero hoy tiene más de 8.000 seguidores. Según explica, se creó un perfil en esa red social un día de aburrimiento, y pensó en empezar a hablar e interactuar con otros usuarios sobre temas de mercado, “de futuros principalmente, y para tratar de explicar las cosas de forma simple”.
Como ilustración, su perfil muestra una foto de uno de los inversores más conocidos del planeta: Warren Buffett. Dentro de su descripción personal, Nacho Jota agrega: “pocos activos con mucho Foco. AF. AF. AF. AF”. En pocas palabras: un fanático del análisis fundamental (AF). “Todo tiene una explicación”, describe. Bajo esa concepción, “invertir en acciones es como tener una caja de ahorros”, señala.
A pesar de sentir tanta pasión por el mercado, el dinero no lo enceguece. “Uno pierde mucho la noción de la plata cuando opera; lo que ve son solo numeritos”, indica. De todos modos, “intento que la plata no me sea un problema. Y hay buenas y malas rachas”, reconoce.
Como inversor, se describe como “muy precavido; no muy agresivo”. Y dice que tiene muy mala fama la frase “nunca promedies a la baja”, pero que esto es así porque el supuesto del que parte esa frase es que uno entró en un “mal trade”.
En ese sentido, explica con un ejemplo concreto que puede aplicarse una estrategia de este tipo: “supongamos que quiero invertir 20.000 dólares en Grupo Financiero Galicia (GGAL), en un momento en que la acción vale 15; después baja a 13 y compro 20.000 dólares más. Eso es un mal trade”.
“Ahora, lo que para mí tiene mala fama -continúa- es ir tomando posiciones sabiendo que el mercado todavía puede bajar, pero que los rebotes son furiosos. Entonces, en vez de comprar 20.000 dólares, compro 3.000 cuando sale 15; cuando llega a 14, compro 3.000 más; cuando llega a 13, compro 5.000; cuando llega a 12 compro 5.000 y cuando llega a 11, compro 4.000. Mi promedio me quedó más cerca de los 12 que de los 15, y en el rebote ya podés salir con ganancias. Yo lo hice en el caso de Banco Supervielle (SUPV), hace cerca de dos años”, detalla.
Optimista respecto al futuro
“Hemos fracasado como país en reiteradas oportunidades”, sentencia. “Estamos acostumbrados a atar todo con alambre, pero con la pobreza en el 40%, estamos condenados a salir adelante”, dispara.
“Como país, todavía nos falta aprender y pasarla mal un buen tiempo. Todos los países que salieron adelante, aprendieron cuando la pasaron muy mal, y en Argentina la pasamos muy mal en la dictadura militar, pero no aprendimos. Seguimos hablando de la dictadura, de los gobiernos corruptos, pero nunca damos vuelta la hoja. Creo que los países que sufrieron guerras, muchas muertes e inconvenientes, pudieron dejar eso atrás y mirar hacia adelante, independientemente del signo político”, explica.
“Hasta que no tengamos un gobierno, sea del signo político que sea, que pueda compartir con la oposición las banderas del país y fijar una serie de prioridades, es muy complejo que salgamos. Vamos a salir, aunque todavía nos falta”, se esperanza. Y completa su reflexión: “En la Argentina no hay inversión por una cuestión de falta de confianza. También falta mucha cultura financiera. Va a llevar tiempo revertir esta situación, pero va a cambiar”.
En el departamento -equipado a medias, por ahora- que tiene cerca de su trabajo en la empresa de consumo masivo, tiene una habitación donde opera, con cuatro pantallas y frases de mercado encuadradas en la pared de atrás de sus monitores. En la pared del costado, cuelgan otros cuadros con mensajes positivos.
Ahí mismo, desde su cuenta de Twitter, Nacho Jota ejerce su "hobby" con pasión, y con la ilusión de ayudar a construir cultura financiera en Argentina. Esa cultura que comprueba a menudo que aún no existe, a través de los mensajes que le escriben algunos de sus seguidores.
“En el mundo de los futuros, se gana y se pierde”, admite. “El que resiste es porque lee y aprende. Esto es una profesión más”, concluye.
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