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Charlas de Cuarentena: Diego Hartfield, de tenista profesional a productor de Bolsa



Diego Hartfield, ex tenista profesional, se autodefine como alguien “resiliente”. Sin embargo, se nota que también tiene constancia, objetivos claros y que sabe siempre de lo que habla. “El tenis me enseñó que de las derrotas surgen las mejores enseñanzas, y aunque no reniego de mi pasado como tenista, siempre supe que quería ser bueno en otra cosa, y me gusta mucho más lo que hago ahora que lo que hacía antes”, afirma de manera contundente.


Esto que hace ahora tiene que ver con la Bolsa, algo que siempre le gustó. “De chico miraba gráficos, y siempre me interesó la psicología de los mercados”, añade.


Nacido en Oberá, Misiones, hace 39 años, empezó a competir en tenis a los 8, y a los 16, gracias a una beca, viajó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y vivió en el CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) durante 2 años. En 1999, obtuvo sus primeros puntos para ingresar al ranking de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales). A su carrera como tenista la describe como una progresión.


En una extensa entrevista grabada en formato de videollamada que me concedió durante la cuarentena por el COVID-19, Hartfield relató los años en los que el club de Oberá era su “segundo hogar”, repasó su pasado como deportista y hablamos, por supuesto, sobre su otra gran pasión: el mercado de capitales.


En 2010 se retiró del tenis, y en 2014 volvió a su ciudad natal, una “zona desierta a nivel mercado de capitales y con mucha informalidad –describe-. La gente acá se maneja mucho con la confianza”. Allí, dirige NetFinance, una consultora especializada en finanzas corporativas que tiene junto a dos socios. “Hay mucho potencial de crecimiento, y aspiramos a ser una sociedad de bolsa”, se entusiasma.


“El deporte se fue profesionalizando tanto que hoy, para ser tenista, tenés que ser bueno en todo. Es muy difícil prosperar si se tiene alguna falencia muy importante. El tenis se ha profesionalizado muchísimo en lo mental, en lo técnico y en lo físico, y por eso hay jugadores de 40 años que siguen jugando. El cerebro funciona como el cuerpo: es un músculo; hay que entrenarlo y hay que dejarlo descansar. Y es fundamental contar con un respaldo psicológico y de concentración”, explica.


Lo anterior, es decir, lo que el tenis le enseñó, lo trasladó a su trabajo actual en el mercado, a donde llevó la rutina, la disciplina, la concentración y el tener una estrategia clara. “Esa estrategia va muy de la mano con la personalidad de cada uno. Cada uno lo soporta de una manera diferente, y lo más importante es que cada uno encuentre su estrategia”, indica. "El mercado es igual, por eso siempre recomiendo empezar con poco e ir viendo", agrega.

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