El mercado mostró todo su dinamismo en los últimos meses: se dio vuelta como una media y configuró rápidamente un escenario favorable para el conjunto de emergentes, con el panorama de tasas de interés quietas en todo 2019 en Estados Unidos, lo que significó una vuelta con fuerza de los capitales internacionales a este tipo de países.
Argentina, que viene de cerrar un 2018 muy malo para sus activos financieros, en lo poco que va de 2019 lidera la rentabilidad de las acciones a nivel global, y se suman ahora algunos drivers positivos: las cosechas de maíz y soja, que tienen buenas perspectivas y que podrían generar un rebote de la actividad económica en el segundo trimestre, y el hecho de que el 14 de mayo próximo, Argentina oficialmente comenzará a indexarse con el MSCI (Morgan Stanley Capital International) emergente de acciones.
Por esto último, hay indicios de posicionamiento primario en el país, situación análoga a lo ocurrido en los últimos 5 meses en Arabia Saudita, que también integrará el MSCI el 14 de mayo junto a Argentina.
Arabia Saudita tuvo un récord de posicionamiento primario (es decir, de ampliación de la cantidad de cuotas partes existentes por inyección directa de capital sin mediar mercado secundario), y hay muchas posibilidades de que los fondos que busquen posicionarse en Argentina incrementen su ritmo de compra en las próximas semanas y meses.
Cambio de escenario para los emergentes en general
Durante los meses de octubre a diciembre, la Reserva Federal de Estados Unidos decía –tanto a través de sus comunicados oficiales de política monetaria como en distintas conferencias de prensa- que la economía estaba firme, y daba a entender que lo más probable era que la tasa de interés siguiera subiendo este año. En 2018, la Fed incrementó el precio del dinero en cuatro oportunidades.
“Esto era preocupante, porque los datos de China y Europa venían muy flojos, y hoy los mercados en todo el mundo están muy interconectados”, explica el analista CFA Andrés Cardenal, especializado en el mercado estadounidense.
Sin embargo, la posición de la Reserva Federal fue cambiando fuertemente a partir de diciembre, especialmente el día 19, cuando subió la tasa, pero dio a entender que sería “cuidadosa” respecto a futuros incrementos. Desde esa fecha, la tasa se encuentra en el rango de entre 2,25% y 2,50%.
De hecho, no se esperan aumentos durante 2019, según se desprende del mercado de futuros de tasas de interés.
Andrés Cardenal señala que “básicamente, los futuros de tasas de interés son contratos que se firman hoy en base a lo que se espera de la tasa de interés en los próximos meses. Es decir: comprador y vendedor del contrato se ponen de acuerdo en un precio que tiene una tasa de interés implícita, y analizando los precios podemos saber qué es lo que el mercado espera de las tasas de la Fed. Hoy no se esperan subas durante 2019”.
Esto configuró un nuevo escenario, ya que los inversores se movieron desde la estrategia “flight to quality” (desplazamiento de los capitales especulativos desde los activos financieros de mayor riesgo a los más seguros, es decir, los bonos del Tesoro estadounidense), y comenzaron a posicionarse en los mercados emergentes, donde están las rentabilidades altas.
Ya para fines de enero, la Reserva Federal explicó que la suba de tasas seguía dependiendo de los datos económicos (el organismo se definió como “data dependent”, es decir: depende de los datos de la economía) y aseguró, incluso, que el desarme de la hoja de balance podía ser revisado.
“Con la Fed confirmando que estará fuera de la cancha por algunos meses, los inversores aumentaron su apetito por riesgo, y en particular, hubo un importante ingreso de fondos a los mercados emergentes, que habían sufrido una constante salida en los últimos meses”, sentenciaba Allaria Ledesma en su informe mensual de febrero, difundido el miércoles pasado.
El sell off de activos argentinos y el posible rol del “window dressing”
2019 marcó el mejor inicio bursátil en 31 años para América Latina. Hasta la última corrección de estos dos últimos días, el MSCI Argentina lideraba la rentabilidad a nivel mundial, con retornos del 21,7% en dólares en 2019. Pero sus pérdidas habían sido del 50,8% en la misma moneda el año pasado.
Diciembre de 2018 fue especialmente duro para el mercado local: los bonos argentinos, especialmente los nominados en dólares, con legislación local y vencimientos posteriores a 2020, sufrieron un fuerte castigo. El riesgo país de JP Morgan, que mide el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro estadounidense respecto a sus pares emergentes, marcó más de 800 puntos básicos en el caso de Argentina, un registro máximo desde el 16 de octubre de 2014.
Sin embargo, Lucas Agrello, analista financiero y agente productor 865 de la CNV (Comisión Nacional de Valores), asegura que entre los motivos de esas grandes bajas pudo haber estado también lo que se conoce en la jerga bursátil como el “window dressing”.
“Es una acción -explica- que es normal en los fondos de afuera y que es además completamente legal. La idea básica es maquillar la "foto" final al cierre del ejercicio (generalmente, antes de presentar la información que hace pública a la SEC, el regulador del mercado de Estados Unidos), de forma tal que en las tenencias mostradas no aparezcan los activos más riesgosos, que tengan “mala prensa” o hayan tenido un mal año. En ese sentido, un portfolio manager estadounidense mostraba más coherencia al deshacerse de posiciones de Argentina antes de justificar por qué seguía teniendo posiciones tras un año que fue pésimo para todo activo local”.
En realidad, lo que hubo fueron ventas generalizadas durante todo el mes de diciembre, donde “se notaba que había volumen vendedor, y en un entorno donde la macro estuvo tranquila, sin ninguna noticia importante”, agrega el agente.
Con todo, si bien hubo un flujo saliente de los emergentes en general, el "sell off" (venta masiva) de títulos argentinos fue superior, y esto llevó a que por ejemplo el rendimiento del bono AY24 alcanzara niveles máximos de 15% de TIR (tasa interna de retorno).
Diego Chameides, estratega de Banco Galicia, apunta que “Argentina vino sufriendo gran parte del año pasado, alineada a otros “high hielders” (países con altos rendimientos), ya que no solo acompaña, sino que también exagera los movimientos”.
En el mismo sentido, este año “hubo, sin excepción, un rally muy impresionante en todo el mundo, pero fue básicamente por la tasa de Estados Unidos”, agrega.
Ahora bien, uno de los pre-requisitos para que Argentina salga adelante eran el clima y la cosecha, “y las previsiones para el maíz y la soja están siendo buenas. Esto podría llevar a un rebote de la actividad en el segundo trimestre (2T), que sumado al contexto internacional favorable y a la expectativa de rebote en la economía de nuestro principal socio comercial, Brasil, configuran un escenario positivo para Argentina, aunque de muy corto plazo”, advierte Chameides.
El economista Gustavo Neffa, director de Research for Traders (RFT), coincide en líneas generales con el diagnóstico: “en enero hubo un flujo muy importante de inversiones en Argentina, pero el 70% se explica por el cambio de escenario a nivel internacional. Sin embargo, creo que hasta mayo se mantendrá el mismo escenario”.
Argentina mercado emergente: ¿Combustión alcista para las acciones?
Justamente, el 14 de mayo próximo, Argentina oficialmente comienza a indexarse con el MSCI emergente de acciones (EEM).
“Argentina formará parte de dos índices: el MSCI de iSHARES a partir de mayo, y el FTSE de Vanguard, entre los más grandes de la clase emergente, pero aún no confirmado por esta empresa, que en septiembre incorporó a las empresas locales en su “watch list” (lista de vigilancia) para una futura reclasificación en 2019, probablemente en el tercer trimestre”, sostenía en un informe explicativo fechado el 21 de enero último la ALyC (Agente de Liquidación y Compensación) Bull Market Brokers (BMB).
Estos dos fondos tienen un patrimonio 31,1 mil millones de dólares (Ishares) y 57 mil millones (Vanguard), y correspondiendo a la Argentina una ponderación del 0,5%, según MSCI, correspondería inicialmente una demanda de 440 millones de dólares, o el equivalente a 5 ruedas de negociación de los ADRs (American Depositary Receipts) que cotizan en la bolsa de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés), según BMB.
Además, el iSHARES de BlackRock podría incorporar a la Argentina a otro índice emergente denominado iShares Core MSCI Emerging Markets ETF, con con una gestión de 53 mil millones de dólares, pero conformado por empresas denominadas "LargeMarketCapital", teniendo Argentina con su actual capitalización de mercado solo dos compañías con ese status: Telecom e YPF.
Bull Market Brokers acaba de enviar un informe a sus clientes con un título sugerente: “Argentina Emergente: ¿Comenzaron a Comprar?
El escrito sostiene que “registros de posicionamiento primario en los fondos de referencia de Argentina en el exterior, generan primeros indicios de que los fondos cerrados comenzaron a demandar ETFs (fondos cotizados en bolsa) “sucios” de Argentina (sucios porque no referencian al 100% al MSCI que se constituirá en mayo” próximo). También, señala que la situación es análoga a lo ocurrido en los últimos 5 meses en Arabia Saudita (país que integrará el MSCI el próximo 14 de mayo junto a Argentina), que tuvo un récord de posicionamiento primario (es decir, de ampliación de la cantidad de cuotas partes existentes por inyección directa de capital sin mediar mercado secundario). Y que “lo más probable es que los fondos que busquen posicionarse en Argentina incrementen su ritmo de compra siendo anti-tendenciales”.
El informe también menciona que “este posicionamiento puede generar que las bajas del Merval sean más suavizadas, sobre todo en febrero y abril”.
Así las cosas, BMB recomienda a sus clientes “mantener”. ¿Por qué? “El tendencial de Argentina para 2019, previo elecciones primarias, podría arrojar un excelente desempeño, principalmente durante mayo, con las elecciones de Córdoba el domingo 12 de mayo y el posicionamiento de Argentina Emergente el 14 de mayo”.
La fortaleza de esta estrategia es que los fondos que repliquen Argentina no han tomado posición, “lo que abre una ventana de cierta seguridad de que deberán demandar. Y si bien los montos son bajos, pueden implicar de 3 a 4 ruedas promedio de demanda del ETF, siendo que los fondos tienen un patrimonio menor a los 100 millones de dólares, el porcentaje de flujo con respecto al patrimonio existente, vuelve la demanda por Argentina mayor que la saudí”.
El riesgo de dicha estrategia sería una volatilidad extrema en emergentes en febrero y abril. Con respecto a cómo operar, BMB sugiere “para el inversor que busca recuperar lo perdido en 2018, mantener posición, más ahora con la toma de ganancia que comenzó el mercado. El inversor que busca asumir riesgo y renta variable, debe esperar a finales de febrero, post vencimiento de opciones, para comenzar a armar posiciones y mirar a junio de 2019”. La inclusión efectiva de Argentina al MSCI de mercados emergentes será a partir del 3 de junio.
Argentina tuvo creación neta de posicionamiento por primera vez en 15 meses en la última semana. Por su parte, los fondos demandaron el miércoles 6 de febrero la mayor parte del registro de nueva demanda primaria de patrimonio, de acuerdo al mismo informe de BMB.
Desde Banco Galicia, el estratega Diego Chameides apunta que “las valuaciones locales están más bajas que en años anteriores y más atractivas desde el punto de vista fundamental. Pero estamos lejos todavía de la euforia del 2017”. Ese año, la renta variable local subió un 73,6% en dólares.
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